jueves, 24 de julio de 2008

MIRÓ: TIERRA, en el MUSEO THYSSEN-BORNEMISZA de MADRID


El THYSSEN acierta casi siempre, y con la exposición de MIRÓ vuelve a dar en la diana: fui a verla y me gustó mucho. Es verdad que MIRÓ me entusiasma, y por lo tanto el asunto estaba casi cantado; pero también es verdad que el título de TIERRA me tenía un poco despistado, y no sabía bien qué me iba a encontrar a pesar de haber leído sobre el asunto en alguna publicación más o menos especializada; el artículo estaba lleno de expresiones que pueden no decir nada, aunque tengan que ver con la tierra: telúrica, primigenia, originaria, matérica ...

En MIRÓ: TIERRA uno encuentra un recorrido por toda la obra del artista catalán, desde 1918 hasta el final de su carrera, hilvanada con el argumento de la constante referencia y retorno a la tierra, entendida ésta en varios sentidos distintos: la tierra como patria, la tierra como material, la tierra como origen. No hay muchas obras, no es una antológica que pretenda abarcar todo MIRÓ, pero hay de todo -pintura, escultura, cerámica, textiles- y de todos los momentos. Eso ayuda a entender y valorar muy bien la evolución de MIRÓ, a descubrir quienes le influyen y en quienes influye. Aunque todo me gustó –ya lo he dicho más arriba: me gustó mucho- me quedé enganchado en el paño donde cuelgan los dos MUJER Y PÁJARO I y II de la FONDATION MARGERITE ET AIMÉ MAEGHT: impresionantes las obras por separado, e impresionantes juntas. La cita que abre el recorrido es de las de aprenderse de memoria, sobre todo si uno la tiene en la cabeza mientras va leyendo las demás, que la complementan estupendamente.

Tratar de describir al artista excede sobradamente este blog (un genio no cabe en unas cuantas líneas) y también mi conocimiento (a pesar de lo que he leído y visto, que algo sí he leído y visto). Pero quiero dejar constancia de lo que me gusta y lo me interesa el trabajo de este catalán: en mi opinión, y con permiso de PICASSO, quizá el tipo más interesante que ha dado nuestra época de vanguardias.

Dejando claro que la exposición no es el no va más, sugiero a todo el que pueda a venir a verla que se anime, que no se la pierda. Eso sí, con un aviso a navegantes: MIRÓ no es fácil si uno no sabe nada. Ni se entiende a la primera ni –en muchos casos- es bonito. Para valorar la propuesta del THYSSEN hay que saber un poco, o preparar la visita (otro día podemos hablar de preparar las visitas ...).

Para saber más de la exposición, nada como
visitar la web del museo.


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