miércoles, 10 de septiembre de 2008

PARÍS III: LAS IGLESIAS



París está lleno de magníficas iglesias. Supongo que todas muy reconstruidas después de la revolución, que no debió dejar (y nunca mejor dicho) títere con cabeza. He intentado investigar qué quedaba de esos edificios en, por ejemplo, 1840, pero no he encontrado datos ni pistas significativas, sospecho que porque he buscado poco y en sitios muy obvios ... Uno piensa en lo que debió hacer VIOLLET-LE-DUC, e intuye –es más que una intuición, claro- que el gótico que ahora admiramos es bastante bastante del XIX. En cualquier caso, y sin entrar el polémicas sobre teoría de la restauración –¡cuánto hemos pedaleado durante la estancia en París!- lo que hoy vemos tiene mucho interés.

SAINT GERMAIN DES PRES pasa por ser la iglesia más antigua de París, aunque de la fábrica del siglo XI sólo queden la torre de acceso y parte del palacio de la abadía que allí hubo.

SAINT DENIS, edificio levantado por el abad SUGER en el que el románico empieza a ser muy gótico, es impresionante e interesantísimo. La exposición de tumbas –no se puede llamar de otra manera- de la zona del transepto y girola, que pretende ser un remedo del panteón real que hubo (y que fue machacado durante la revolución, por supuesto), no resulta del todo afortunado.

NOTRE DAME de París tiene mucha historia encima, y también mucha novela. Es un edifico de interés muy singular, pero no me ha llamado especialmente la atención, quizá por la saturación de gente que la llena a todas horas, o quizá por el resto de las catedrales góticas que he visitado –despampanantes- de las que hablaré otro día.

SAINT CHAPELLE, construida a mitad del siglo XIII por orden de SAN LUIS REY para custodiar reliquias traídas de los santos lugares, es una maravilla. Muchas de las reliquias y relicarios se perdieron (durante la revolución, por supuesto) y las que quedan ahora se conservan en otro lugares. El espacio de la capilla superior es sobrecogedor. La luz de colores, la bóveda celeste que flota sobre la luz, las vidrieras y las esculturas ... Todo vale la pena. Es otra visita obligada, en un día soleado y si es posible a última hora de la mañana o primera de la tarde.

SAINT EUSTACHE y SAINT ETIENNE son otros dos templos de quitar el hipo. El primero, bellísimo. El segundo, con su balconada corrida a media altura a lo largo de toda la iglesia, tiene un sabor muy especial. SAINT SEVERIN, en el barrio latino, tiene una magnífica girola y las vidrieras del claustro también son muy buenas. SAINT SULPICE, a pesar de todo su esplendor, me dijo menos (además, la fachada estaba en obras de importancia y todo el entorno en plena operación asfalto, lo que indudablemente le quita gracia). En VAL DE GRACE y la iglesia de la universidad de LA SORBONNE no pudimos entrar. Las dos iglesias del conjunto de LES INVALIDES valen la pena, especialmente el (o la) DOME, la construcción encargada por LUIS XIV a Jules HARDOUIN-MANSARD (hay varios Mansard en la historia de París) y donde ahora está enterrado NAPOLEÓN I. Sobre esta intervención, lógicamente posterior a la construcción de la iglesia, se pueden decir dos cosas: por un lado, es un acierto que la tumba se haya excavado, de manera que el espacio de MANSARD apenas queda modificado; por otro, del propio sarcófago y la arquitectura que lo acompaña, lo mejor que se puede decir es que son de gran tamaño ... a partir de aquí todo serían comentarios negativos. Es interesante cómo se conectan los dos espacios –las dos iglesias- por sus cabeceras mediante transparencias.

La riqueza espacial de EL PANTHEON de SOUFLOTT es interesantísima y hace que valga la pena dedicar un rato largo a circular por el interior; el péndulo de FOUCAULT que está en le centro de la planta, puramente anecdótico; la cripta, sin interés y –si no eres francés- con muy poco que ver. Llama la atención lo fría que resulta la iglesia, tan poco templo. Eso sí, las vistas de la ciudad desde el tambor de la cúpula –que tanto recuerda al que CHRISTIOPHER WREN proyectó un siglo antes para la catedral de San Pablo, en LONDRES- valen la pena.
LA MADELEINE, con su rotundidad de templo romano perfecto y su posición en las perspectivas desde algunos bulevares y desde la PLACE DE LA CONCORDE, es de lo más vistoso de Paris, que no quiere decir de lo más interesante desde el punto de vista arquitectónico.

Hay, además, otras mil iglesias en la ciudad, todas con su cosa: Saint Gervais-Saint Protais, St Julien le Pouvre, St Merry, la Tour Saint Jaques (aunque justo lo que no queda es la iglesia), Notre Dame des Blancs Manteaux, Saint Louis en l’isle, Saint Paul, Saint Pierre en Montmartre, incluso la Medalla Milagrosa, tan poco bonita y a la vez tan vivida, tan llena de gente variadísima ...
Acabo con la basílica del SACRE COEUR en MONTMARTRE. Tiene, es verdad, un enorme aire a decorado, como todo lo demasiado historicista y neo-algo. Pero también es verdad que por lo que sea –la fama, el emplazamiento sobre la ciudad, las vistas, el ambiente del exterior, la decoración interior: no sé qué es- resulta un lugar definitivamente atractivo.

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