lunes, 17 de noviembre de 2008

DEGAS, EL PROCESO DE LA CREACIÓN en la FUNDACIÓN MAPFRE


Nunca he sido gran admirador de DEGAS: la temática por la que es conocido (bailarinas y toilettes femeninas) me parece poco atractiva, y sus obras más reproducidas siempre me han resultado cursis, con poca fuerza ... Con estos antecedentes fui a ver la exposición que ha organizado la FUNDACIÓN MAPFRE.

La muestra DEGAS, EL PROCESO DE LA CREACIÓN tiene un gran punto a su favor: facilita la comprensión de todas las facetas del artista, lo que resulta muy interesante: se descubre su maestría con el lápiz, su maestría con el pastel, con el óleo y con el bronce. También permite reconocer sus referentes más inmediatos: la presencia de INGRES, por ejemplo, es evidente.

En cuanto a la obra expuesta, la realizada en bronce es realmente sugestiva, especialmente las bailarinas, en posiciones variadísimas muy bien cogidas, con una inestabilidad estable que atrapa la mirada (los caballos en movimiento, congelados, dicen menos). Los dos EL BARREÑO, uno en bronce y otro en pastel, llaman la atención (especialmente el pastel: espléndida composición, espléndida técnica y espléndido punto de vista. ¡Ojo! Sospecho que el de la foto no es el mismo que le de la exposición, o al menos allí los colores resultan más matizados), igual que la PEQUEÑA BAILARINA DE CATOCE AÑOS. Y el óleo CUATRO BAILARINAS EN ESCENA, con mucho más carácter que las imágenes que habitualmente se asocian a DEGAS.

En cualquier caso, a pesar de las virtudes que acabo de señalar, la exposición resulta floja, escasa. Y gran parte de esta sensación la provoca la propia sala: pequeña, oscura, deforme ... En un comentario a una entrada anterior de selecciónARTE, ALFARAZ (que, por cierto, tiene
un blog sensacional) la definió como claustrofóbica: yo también firmo ese calificativo.

Me ha venido a la cabeza la sede del MASP (MUESO DE ARTE DE SÃO PAULO, de donde provienen muchas de las piezas de esta exposición), de LINA BO BARDI. Únicamente conozco ese museo por publicaciones, y he repasado la que tengo a mano (un ejemplar del número 23-24 de la revista 2G): la propuesta de la italiano-brasileña es, desde luego, opinable, pero nadie puede negar que detrás de ese edificio –y de toda su obra- hay ideas, radicales y valientes. Precisamente lo que le falta a la nueva sede de MAPFRE.

1 comentario:

Alfaraz dijo...

Bueno, veo que coincidimos
...en que la sala es claustrofóbica, no en que ese blog sea tan sensacional.

;-)

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