sábado, 28 de febrero de 2009

CABECERA DE FEBRERO


Durante el mes de febrero de 2009 la cabecera de selecciónARTE ha sido una vista del ayuntamiento de HILVERSUM, del arquitecto WILLEM MARINUS DUDOK.

Visité HILVERSUM con cierto detalle en 2003, en busca de la obra de DUDOK. No sabía prácticamente nada de este arquitecto, pero antes de salir hacia Holanda un colega (colega en sentido literal: un arquitecto amigo) me dijo que no podía perderme el ayuntamiento. Y allí fuimos: la verdad es que lo que vimos vale clarísimamente la pena. El ayuntamiento sobre todo, pero también el resto de la obra de DUDOK.

DUDOK, que había nacido en 1889, fue nombrado arquitecto municipal de HILVERSUM en 1928, y mientras desempeñó el cargo realizó un buen número de edificios públicos, entre los que destaca, sin ninguna duda, el ayuntamiento.

Como se señala en cualquier análisis publicado de la obra de DUDOK, tiene un estilo que sintetiza con gran habilidad la escuela de Amsterdam –otra maravilla, de la que algún día hablaré en selecciónARTE- y los conceptos Wrightianos más característicos. El cuidadísimo uso del ladrillo, los puntos de color vitrificado, las grandes masas macladas, la contraposición entre elementos verticales y horizontales, la asimetría bien compensada ... consiguen un resultado más que brillante.

Estudiando algunas de sus plantas se descubre también la actualidad de DUDOC, “vivo” en muchos de los grandes arquitectos contemporáneos (y estoy pensando en arquitectos españoles).

Dejo aquí
varias fotos que sacamos en aquella visita, por si a alguno le divierte o le interesa pasear virtualmente por HILVERSUM viendo la obra de DUDOK.

No digo más de la ciudad porque la trabajé poco, pero conviene no olvidar que junto a esta obra hay muchas otras piezas contemporáneas de interés: HILVERSUM es la ciudad de las comunicaciones, y muchos medios tiene aquí su sede, en edificios de enorme interés. No dejaremos de verlos en el próximo viaje, si Dios nos da salud.





martes, 24 de febrero de 2009

COWPARADE EN MADRID







¡MADRID se nos ha llenado de vacas!

Para algunos –ya he oído a varios, seriotes y con cara tiesa- la COWPARADE es tonta y simplona, un dispendio con el que algún fulano se debe estar haciendo de oro. No lo comparto: en mi opinión se trata de una propuesta francamente divertida: desde luego no es sesuda, no es “culta”, pero tiene tirón y anima la ciudad. He dedicado algún rato a ver vacas, a fotografiarlas, y el ambiente que generan es magnífico: familias con niños, personas mayores, parejas jóvenes ... todos se quieren hacer fotos con las vacas, todos se arremolinan alrededor, sonriendo. Sólo algunos adolescentes –ellos- miran con cara de tremendo aburrimiento mientras enseñan la cinta de los calzoncillos (de marca, of course!).

Ya había visto otra COWPARADE hace años, en Bruselas, y me pareció divertida. Ahora, en MADRID, la celebro: bien!

Si a alguno le apetece ver unas cuantas vacas, nada
como pinchar este link, aunque sospecho que la red está llena.

Inauguro con esta entrada una nueva etiqueta que he llamado CAJÓN DE SASTRE: señalará aquellos asuntos que no son claramente definibles, incluso que dudosamente deberían aparecer en un blog tan juicioso y sensato como selecciónARTE, pero que no me resisto a dejar de incluir: porque son ingeniosos, porque tienen gracia, porque me lo ha recomendado alguien a quien valoro, porque me interesan … o simplemente porque me gustan!

viernes, 20 de febrero de 2009

OTRA VUELTA DE TUERCA, de HENRY JAMES



Una de las novelas que tenía pendientes de desde hace tiempo (años) en mi lista era OTRA VUELTA DE TUERCA. He leído algunas cosas de JAMES, pero esta seguía en el tintero.

Al acabar puedo decir que tiene bien merecida su fama, porque es un relato extraordinario. Pero no me ha entusiasmado, no le puedo poner un diez, quizá porque las expectativas eran muy altas: hace años leí en algún sitio que OTRA VUELTA DE TUERCA tenía la mejor última página de la historia de la literatura: la más sorprendente, entendí yo; me quedé con ese run-run en la cabeza, y lo estaba esperando. Quizá me he centrado demasiado en la historia que cuenta, y no en cómo la cuenta.

OTRA VUELTA DE TUERCA arranca con un recurso clásico, de lo más decimonónico: un grupo de personas en una noche navideña están contando historias; uno de ellos –el señor Douglas- anuncia que conoce una tremenda, que no puede contar hasta que no pase un tiempo determinado; se crea en el auditorio una expectación creciente; promete un relato auténtico, escrito por su protagonista, una mujer; y un par de días después arranca la lectura del “manuscrito”. A partir de aquí el argumento avanza cogiendo mucho al lector, que poco a poco va devorando páginas para ver cómo se desarrolla la acción en busca del fantástico final. Y cuando acaba de leer y no lo encuentra, se pregunta si se habrá perdido algo, si no habrá algo que no ha entendido o algún matiz clave que no ha sabido coger. Yo esperaba un final tipo LOS OTROS o al menos EL ORFANATO; y la verdad –con cierta pena lo digo- es que el que encontrado no me ha parecido genial. Puede que la culpa la tenga el cine, puede que ya hallamos visto demasiadas cosas, puede que hayamos perdido capacidad de asombro o sensibilidad, puede que yo no haya entendido nada ... o puede que el final no sea para tanto.

¿Qué nos cuenta OTRA VUELTA DE TUERCA ? la historia de una deliciosa mujercita -de quien nunca sabremos su nombre- que es contratada por un misterioso caballero como institutriz para que cuide a sus sobrinos, Miles y Flora, 10 años él y 8 ella, huérfanos (sus padres han muerto en la India) en su mansión de Bly, en el campo. Sustituye a otra mujer joven que ha dejado el puesto por defunción, no sabemos en qué circunstancias. Con enorme aprensión nuestra protagonista llega a su lugar de trabajo, idílico y lleno de buenas personas, aunque desde la primera noche intuye la presencia de algo o de alguien extraño en la casa. Pero en seguida nota que no hay motivo para el miedo: la niña es un cielo desde el primer momento; el niño todavía no está en casa y llegará un par de días después que la protagonista, precedido de una carta en la que se anuncia que ha sido expulsado del colegio donde estudia por malvado, pero cuando Miles entra en escena resulta que también es un auténtico ángel, tan cándido que resulta inexplicable su expulsión del colegio. La vida comienza a transcurrir plácidamente: es verano, la naturaleza está radiante y cálida, los niños de vacaciones se portan mejor que mejor, y así todo. Entonces empiezan a aparecer fantasmas: primero el del pelirrojo y vicioso Quint, el mozo de confianza del señor de la casa, que vivió en Bly y murió en un accidente fortuito; después el de la guapísima –y ahora demacradísima- señorita Jessel, la anterior institutriz, que seguimos sin saber cómo ha muerto. La señora Grose, el ama de llaves de Bly, se encarga de explicarnos quienes son esos personajes, y su relación: resulta que “eran unos golfos”, y estaban liados. A partir de aquí arranca una carrera entre los fantasmas y la institutriz por hacerse con los niños, por arrimarlos al lado bueno o al lado malo de la existencia; carrera siempre contada por la institutriz, desde su perspectiva, desde su cabeza; carrera tan llena de ambigüedades, de sugerencias y de dudas que mantienen el misterio y hacen que el lector no sepa muy bien por dónde pueden ir los tiros hasta llegar al famoso final, que por supuesto no desvelo.

El título del relato se cita dos veces a lo largo del texto, una casi al principio (el señor Douglas, sobre otro relato, dice: “respecto al fantasma de Griffin, el hecho de aparecerse primero a un niño de tierna edad confiere al relato algo especial. Pero no es el único caso de esta clase, que yo conozco, donde se involucre a un niño. Si un niño da la sensación de otra vuelta de tuerca, ¿qué pensarían ustedes de dos niños? ¡pensaríamos que son dos vueltas, por supuesto!”) y otra casi al final (la protagonista nos dice que necesita mantener toda su fuerza, incluso darle otra vuelta de tuerca para mantenerse en pie en la situación en la que se encontraba), con dos sentidos distintos. Tampoco da muchas pistas, a parte de las obvias. Puede que sea precisamente eso lo que pretende JAMES, que al llegar al final sea el lector el que dé otra vuelta de tuerca a todo lo que ha leído para completarlo y re-entenderlo.

Tiene desde luego el enorme mérito que siempre se ha reconocido a HENRY JAMES: el análisis interior de los personajes –en nuestro caso, de la protagonista- es magistral. Un muy buen relato, de los que hay que leer, pero sabiendo que está escrito en 1898.

Por cierto: ¿es una obra de literatura norteamericana o es literatura europea?

martes, 17 de febrero de 2009

ARCO 2009







Desde hace bastantes años procuro ir a ARCO, por aquello –seguramente un poco snob- de ver por dónde van los tiros en el arte más contemporáneo. Para no romper la tradición, también me he acercado este año y, la verdad, me ha dejado bastante frío.

En ediciones anteriores siempre he encontrado obras que me han interesado, que me han gustado, que me han parecido de calidad. Decir que este año no las había quizá sea demasiado pretencioso por mi parte, pero desde luego yo apenas las he encontrado. Y lo que me ha parecido de interés son cosas conocidas, vistas en ediciones anteriores, o de artistas consagrados. Otros años he ido dos días a IFEMA. Este año, en tres horas y media ya no sabía qué mirar.

Como siempre, hay algunas cosas vistosas que todos fotografían con pasión (HIRST suicidándose o el camión-cisterna-esqueleto) pero que a mí me dicen más bien poco; siempre hay fotografías de gran formato con motivos “bonitos” y cuidados que llaman la atención; siempre hay obras que utilizan la repetición y la seriación que funcionan bastante bien; siempre descubres alguna galería con algo nuevo e interesante. Pero mi conclusión es clara: 2009 no ha sido el año de ARCO. Incluso se notaba que había muchos menos visitantes que otros años.

INDIA era el invitado en la edición que terminó ayer: dicen los expertos que es un país artísticamente emergente, lleno de ideas y de valores. Si es así, no me parece que hayan traído sus mejores representantes. Y además les han colocado en unos stands pequeños y pobretones ...

Según dice la prensa, el balance oficial que hacen los organizadores de ARCO es que la edición ha sido "positiva y satisfactoria" y que "la crisis no se ha notado y se han superado las expectativas". No dan datos de ventas, aunque aseguran que las cifras se han mantenido respecto a años anteriores: se han vendido piezas más baratas y ha habido más compradores. Sobre el número de visitantes sí hay dato: entre 190.000 y 200.000 personas, más o menos como el año pasado.

Si realmente ha sido así, enhorabuena para los organizadores. Espero, en cualquier caso, que no se llenen de satisfacción, se duerman en esos tristes laureles y el año que viene se limiten a repetir una feria pobretona; y que reaccionen para que en 2010 podamos encontrar un ARCO más interesante.

jueves, 12 de febrero de 2009

LA DULCE ENVENENADORA, de ARTO PAASILINNA


ARTO PAASILINNA es un finlandés de casi 70 años que, por lo que dicen las solapas de sus libros, antes de dedicarse a escribir ha hecho un poco de todo.

Hace aproximadamente un año ANAGRAMA publicó DELICIOSO SUCIDIO EN GRUPO: me pareció un título con gancho, investigué si valía la pena, y me lancé a leerlo. Me divirtió mucho: aunque el tema es sensible (el suicidio, obviamente) y el final no es redondo, el planteamiento es muy ingenioso y está escrito con humor y visión positiva. En vista del éxito leí EL BOSQUE DE LOS ZORROS, que me pareció aún mejor.

Con estos antecedentes hace unos días me lancé ilusionado a por LA DULCE ENVENENADORA. Me ha parecido una tonteriíta, un divertimento de PAASILINNA que no tiene el interés de las otras novelas suyas que he leído. Se lee rápido y bien, resulta entretenida, incluso engancha, pero no aporta nada. Abundan los temas habituales del autor: la ironía que pasa a ser acidez cáustica cuando habla de los funcionarios (policías, militares, etc.); el humor sutil; el azar y la casualidad que da la vuelta a situaciones inverosímiles, consiguiendo que se estropeen o se arreglen de manera imprevisible y siempre más o menos creíble; el alcohol en abundancia; la ausencia de ética/moral en el comportamiento de los protagonistas (aunque no son abundantes, algunos comentarios ya se los podía haber ahorrado nuestro ARTO ...). Elementos que, todos juntos, crean una situación surrealista que resulta divertida, de humor tipo British. Pero, en este libro, poco más que eso.

Desde luego, para empezar con PAASILINNA creo que LA DULCE ENVENENADORA no es buen título: el lector sacará la impresión de tener en las manos una simplonada tontorrona y falta de peso; y tendrá bastante razón. Otra cosa será para los que ya le conozcan: seguramente lo entenderán como una obra menor, sin más trascendencia, que aporta poco pero que tampoco desdice. Yo ya estaba avisado (ION, en
DE LIBROS QUE LEO, reseñó el libro hace un par de meses, y acertaba), así que no me puedo quejar.

Lo malo es que me veo reincidente: me aseguran que EL MOLINERO AULLADOR es muy buena y que vale la pena, y ya lo estoy persiguiendo ...

lunes, 9 de febrero de 2009

ECOBULEVAR EN EL ENSANCHE DE VALLECAS, MADRID







Había visto muchas veces la imagen del cilindro compuesto por “termos” plateados, y me había llamado la atención, pero no había ido a ver aquello. Cuando me enteré de que el ECOBULEVAR del estudio ECOSISTEMA URBANO (Belinda Tato, José Luis Vallejo y Diego García-Setién) es uno de los dos proyectos madrileños que se recrearán en SHANGAI 2010 decidí que debía acercarme, y allí estuve hace unos días.

Entiendo el ECOBULEVAR del madrileño ENSANCHE DE VALLECAS como una solución para espacios públicos que consiste básicamente en la instalación, dentro de la trama urbana en desarrollo (ellos dicen la no-ciudad), de tres chiringuitos cilíndricos –que han llamado árboles de aire- que pretenden sustituir la domesticada naturaleza urbana todavía inexistente, y ser catalizadores y receptores de la vida del barrio creando espacios lúdicos y de esparcimiento. Pretenden aglutinar a los vecinos consiguiendo entornos gratos tanto por su diseño como por sus condiciones naturales: vegetales, climáticas –temperatura, humedad, corrientes de aire, sombras-, de esparcimiento y estancia, de protección y separación respecto al entorno, etc. Los creadores del invento hablan de integración e intercambio social, de un lugar para la gente, de autosuficiencia energética, de sostenibilidad ... y llenan aquello de paneles fotovoltaicos, de captores de viento, de pantallas de led con información medioambiental, de plantas, de bancos, de algunos columpios, de suelos de caucho blanditos ...

Se trata de un planteamiento original, bien vendido y bien construido. Divertido, si se quiere. Puede gustar más o menos, pero creo que como solución técnica y constructiva, incluso estética, no está mal.

El grandísimo pero que yo le pongo, el defecto que tiene el conjunto es, en mi opinión, lo tremendamente artificioso que resulta: si como dicen los propios autores del proyecto, la mejor solución era una masa de auténticos árboles de buen porte, y su solución no es más que una prótesis temporal en la no-ciudad ¿de verdad era necesario semejante montaje? Como investigación, bien; como solución real, excesiva; como icono del nuevo barrio, escaso.

Para quien no se pueda acercar,
aquí dejo una imágenes. Para quien quiera hacerlo, la dirección es Bulevar de la Naturaleza, s/n. Ensanche de Vallecas, Madrid, aunque como tantas veces lo mejor es buscarlo en google para situarse ... y lanzarse a al aventura.

Para acabar quiero hacer una referencia a los edificios del entorno: seguramente diré algo en seleccióARTE más adelante, pero algunos tiene bastante interés.
ECOBULEVAR EN EL ENSANCHE DE VALLECAS. ECOSISTEMA URBANO. Bulevar de la Naturaleza. 28031 MADRID

miércoles, 4 de febrero de 2009

EL SEÑOR DE LAS MOSCAS, de WILLIAM GOLDING


Acabo de terminar EL SEÑOR DE LAS MOSCAS: en su día vi la película (la de los ‘90s, no la de PETER BROOK de 1963), pero nunca me había animado con el libro. Me ha gustado mucho. Decir que es muy bueno o tratar de analizarlo parece completamente superfluo, porque hay ya tantísimo escrito que no seré capaz de decir nada mínimamente original. En cualquier caso quiero dejar constancia en selecciónARTE de la novela de GOLDING (premio Nobel de Literatura en 1983, por cierto), aunque me repita más que el ajo.

Un comentario previo es que he leído uno de esos tomos encuadernados en piel marrón de la Biblioteca de Autores Modernos, de Aguilar, publicado en 1969 (el original es de 1954), y me parece que la traducción es muy muy mejorable: hay momentos en los que se entiende mal; usa palabras extrañas, de esas que a veces te preguntas si de verdad estarán en el diccionario de la RAE (¿selvatiquez?); hay construcciones gramaticales bastante forzadas ... He estado tentado de buscar el texto en inglés, pero finalmente he sido un cómodo y no lo he hecho.

Al terminar la lectura –en realidad desde las primeras páginas, pero vaya- el lector se pregunta sobre lo que ha leído. ¿Cuál es ese tema que GOLDING trata de desarrollar? Buen ejercicio intentar aclararlo en pocas palabras. Yo diría que la necesidad de las normas para posibilitar la convivencia. Por más que se empeñe J-J. ROUSSEAU, el hombre no es bueno por naturaleza, y por lo tanto o hay unas normas admitidas por todos y vividas también por todos, o hasta los más inocentes se convierten en animales, en completos salvajes. A partir de aquí uno se puede hacer cientos de preguntas interesantes, pero eso no se recoge en el libro y nos llevaría muy lejos, así que el paso siguiente se lo dejo a cada uno: ¿Quién define esas normas? ¿El estado? ¿La cultura de cada lugar? ¿Dios? ¿Qué obligación tengo de cumplirlas? ¿Qué pasa si el legislador se equivoca? Las respuestas pueden ser variadísimas, pero no cabe duda que ni el pasotismo, ni la falsa naturalidad ni el subjetivismo tan de moda parecen el mejor camino.

En seguida el lector también se hace otra consideración, más “literaria”: el desequilibrio entre lo bien que están descritas las personalidades y lo maravillosamente bien que desarrolla la evolución de los chicos, y en cambio lo difícil que es hacerse cago de otras circunstancias por las que uno razonablemente se pregunta. No sabemos con claridad de dónde salen los chicos, únicamente que son ingleses; no sabemos porque están viajando en avión; no sabemos dónde van; no sabemos cómo es el accidente ni porqué sucede; no sabemos cuáles son sus consecuencias (¿Cuántos han muerto? ¿No volaba ningún adulto? ¿No hay restos del avión?); los paisajes y la geografía de la isla no resultan nada claros (no es, ni mucho menos, un punto capital en la historia, pero llama la atención); y así muchas cuestiones. Seguramente el motivo de estos vacíos es que a GOLDING le interesa desarrollar un tema muy concreto, y para hacerlo plantea una situación consumada -un grupo de chicos en una isla desierta- donde los sucesos previos no tienen importancia: sólo se dice lo justo para que la situación sea creíble. Únicamente se echa de menos alguna aclaración temporal, que sí tiene más interés: ¿cuánto tiempo transcurre desde el accidente de avión hasta el rescate? ¿cuánto tardamos los hombres en volvernos animales?

GOLDIN utiliza con maestría cada personaje de EL SEÑOR DE LAS MOSCAS para ilustrar su idea: Ralph es el orden, la vida desde lo práctico; Jack es lo animal, la vida desde el instinto; Piggy es la inteligencia, la vida desde lo científico y empírico; Simon es lo trascendente, la vida desde lo desconocido; Roger es la crueldad ... Y el fuego, como absoluto que hay que conservar, ese algo necesario que debe estar por encima de todo lo demás, un motivo importante que justifica la norma.

En fin, podría seguir diciendo cosas sobre el libro, pero prefiero dejarlo aquí (¡mi tendencia a alargarme es tremenda!) y recomendar a quienes no hayan leído EL SEÑOR DE LAS MOSCAS que no dejen de hacerlo: pienso que no defrauda.