viernes, 30 de abril de 2010

CABECERA DE ABRIL 2010: EL BOSCO en el MUSEO DEL PRADO


Durante el mes de abril de 2010 la cabecera de selecciónARTE ha sido un detalle de EL JARDÍN DE LAS DELICIAS, de JEROEN ANTHONISZOON VAN AKEN, o HIERONYMUS BOSCH, o EL BOSCO. El tríptico, óleo sobre tabla pintado hacia 1500 (la datación es imprecisa y el arco de fechas es amplio, desde 1498 hasta 1510), mide 220 x 389 cm y se encuentra en EL MUSEO DEL PRADO de MADRID.

La singularidad de la representación hace que EL JARDÍN DE LAS DELICIAS sea una obra –tres, en realidad- fascinante, de esas que dan pie a cientos de interpretaciones, tanto sobre lo representado como sobre el autor. Para dar algunas pistas, copio lo que dice la ficha del sitio web del museo:

En el tríptico abierto se incluyen tres escenas. La tabla izquierda está dedicada al Paraíso, con la creación de Eva y la Fuente de la Vida, mientras la derecha muestra el Infierno. La tabla central da nombre al conjunto, al representarse en un jardín las delicias o placeres de la vida. Entre Paraíso e Infierno, estas delicias no son sino alusiones al Pecado, que muestran a la humanidad entregada a los diversos placeres mundanos. Son evidentes las representaciones de la Lujuria, de fuerte carga erótica, junto a otras de significado más enigmático. A través de la fugaz belleza de las flores o de la dulzura de las frutas, se transmite un mensaje de fragilidad, del carácter efímero de la felicidad y del goce del placer. Así parecen corroborarlo ciertos grupos, como la pareja encerrada en un globo de cristal en el lado izquierdo, en probable alusión al refrán flamenco: “La felicidad es como el vidrio, se rompe pronto”.

El tríptico cerrado representa en grisalla el tercer día de la creación del Mundo, con Dios Padre como Creador, según sendas inscripciones en cada tabla: “Él mismo lo dijo y todo fue hecho” y “Él mismo lo ordenó y todo fue creado” Génesis (1:9-13).


Obra de carácter moralizante, es una de las creaciones más enigmáticas, complejas y bellas de El Bosco, realizada en la última etapa de su vida. Adquirida en la almoneda del prior don Fernando, hijo natural del gran duque de Alba, Felipe II la llevó a El Escorial en 593.

Es depósito de Patrimonio Nacional en el Museo del Prado desde 1939.

martes, 27 de abril de 2010

LAS HIJAS DE EDWARD DARLEY BOIT, de JOHN SINGER SARGENT, en el MUSEO DEL PRADO de MADRID


A finales de 2006, el MUSEO THYSSEN y la FUNDACIÓN CAJA MADRID organizaron una (o mejor, otra) exposición sensacional: SARGENT/SOROLLA. Muchos la recordaréis. Ahí fue donde yo descubrí de verdad la genialidad de SARGENT, del que sabía algo, pero no mucho.

Ahora, LA OBRA INVITADA del MUSEO DEL PRADO (ya hemos hablado en selecciónARTE de LA OBRA INVITADA con motivo de LA COMPAÑÍA DEL CAPITÁN REIJNIER REAEL Y EL TENIENTE CORNELIS MICHIELSZ BLAEUW, de FRANS HALS y PIETER CODDE) ha traído a MADRID desde el MUSEUM of FINE ARTS de BOSTON un cuadro que no estuvo en aquella exposición y que es una joya: LAS HIJAS DE EDWARD DARLEY BOIT (1882, óleo sobre lienzo, 222 x 222 cm).

Así se explica EL PRADO:

Durante la segunda mitad del siglo XIX Velázquez ejerció una fascinación profunda sobre los pintores que visitaron el Prado. Dada la escasez de pinturas del artista en otras colecciones, la visita al amplio conjunto de obras maestras que atesoraba el Museo suponía un descubrimiento asombroso. La influencia ejercida por el artista fue decisiva para numerosos pintores y clave en la fundación de la modernidad.

Entre sus obras ninguna impresionaba tanto como
Las meninas, cuya maestría fue una permanente lección para cuantos artistas visitaron el Museo. Entre ellos, el pintor norteamericano John Singer Sargent (1856-1925) se hallaba en la mejor disposición para extraer el mayor partido de las enseñanzas velazqueñas. A ello le había estimulado su familiaridad con la pintura veneciana, su aprendizaje en París con un apasionado de Velázquez, el pintor Carolus-Duran, y su exhaustivo análisis de las pinturas del artista sevillano a través de copias realizadas en el Prado. Estas últimas se registran en varios asientos del Libro de copistas del Prado, uno de ellos, del 27 de octubre de 1879, relativo a Las meninas (en exposición).

Cuando afrontó en 1882 en París el retrato de
Las hijas de Edward Darley Boit, que se expuso al año siguiente en el Salon, el pintor norteamericano tuvo muy presente el cuadro velazqueño. En el imaginario de los pintores que, como Sargent, visitaban España, la corte de los Austrias, vista a través de la interpretación de Velázquez, era el escenario de un refinamiento artístico que no dejaba de estar asociado a un sentimiento de melancolía por la caducidad de una grandeza irrepetible que iba a extinguirse. La carga psíquica del espacio, denso y atmosférico, del retrato de las niñas Boit, hijas de un rico abogado nacido en Boston, pintor él mismo, parece tributaria de aquella asociación melancólica. En ambas obras, como en Las hilanderas, otra obra velazqueña copiada por Sargent, el espacio del cuadro parece prolongar el del espectador, lo que debía atraer a un pintor formado en un esteticismo que aspiraba a reunir el arte con la vida. Precisamente el retrato permitía, como ningún otro género pictórico, condensar la efusión vital del modo más sugestivo.

El artista sugirió la personalidad, aún en formación, de las muchachas, a través de la ambigüedad del espacio en penumbra. La penetración de Sargent le llevó a mostrar la frágil presencia de las niñas (de izquierda a derecha, Mary Louisa, de 8 años, Florence, de 14, Jane, de 12, y Julia, de 4) en el seno de una composición compleja cuyo peso acentúan los jarrones. La delicadeza y contención de los gestos, el riguroso orden compositivo, la presencia del espejo al fondo, la relación entre las luces y penumbras, la calidad argentada del cromatismo, el uso de la pincelada larga que acaricia las superficies de telas y objetos y la sensación de una instantaneidad detenida, muestran la relación de este cuadro con la obra de Velázquez.

En mi opinión, es una lástima que un cuadro tan interesante esté tan mal colocado (en medio de la galería central) y tan fatal iluminado (la luz artificial parece acertada, pero la natural cenital no te deja ver el cuadro desde casi ninguna posición cercana razonable). Además, ese lugar tan de paso tampoco facilita nada el diálogo que los organizadores pretenden entre LAS HIJAS DE EDWARD DARLEY BOIT y LAS MENINAS: también están mal puestas y, aunque los dos cuadros están cercanos, hay permanentemente una barrera humana de tal calibre que no resulta fácil la comparación –a veces ni siquiera la relación visual- con la obra de SARGENT.

En cualquier caso, vale la pena acercarse a ver LAS HIJAS DE EDWARD DARLEY BOIT antes de que vuelva a BOSTON. Las fotografías dan una pista, pero hay que estar un rato parado delante de la obra de JOHN SINGER SARGENT para disfrutar del cuadro.

En esa misma visita también me acerqué a una de las salas dela ampliación del museo a ver LAS MENINAS de RICHARD HAMILTON, el iniciador del POP-ART: como curiosidad, bien. Sin más.

jueves, 22 de abril de 2010

EN LUGAR SEGURO, DE WALLACE STEGNER


Hace tiempo que no disfrutaba tanto con un libro. Libros buenos he leído muchos; y libros que me hayan gustado, también; incluso que me han gustado mucho. De buena parte de ellos –los más recientes- he dejado constancia en selecciónARTE. Pero hay una categoría por encima de la etiqueta “libro bueno” o “libro muy bueno” o “libro altamente recomendable”: la de “libro con el que he conectado absolutamente”. Quizá no sean obras maestras de la literatura universal, pero te dicen un montón de cosas. De este último grupo hay pocos, y uno de ellos es, sin duda, EN LUGAR SEGURO (CROSSING TO SAFETY, 1987). Sé que esta etiqueta tiene un alto grado de subjetividad, y por lo tanto mi opinión puede no ser compartida por todos: lo asumo.

Había leído la reseña de ISI, que me gustó. Había leído la reseña de ION, que en un comentario decía algo así como que por lo que me conocía –conocimiento virtual, porque nunca nos hemos visto, aunque creo que entendemos muchas cosas de la misma manera- pensaba que me iba a gustar: acertó.

Los que hayáis pinchado en los enlaces a FROM ISI y DE LIBROS QUE LEO ya conocéis el argumento de EN LUGAR SEGURO: la amistad entre dos matrimonios, los Lang (Charity y Sid) y los Morgan (Sally y Larry). Se conocen en 1938, cuando Sid y Larry son profesores en la universidad de Madison, y a partir de entonces surge una intensa amistad. La acción propiamente sucede en un solo día de 1972, cuando Sally y Larry van a Battell Pond, en Vermont, a visitar a los Lang porque Charity está muy enferma. El texto se divide en tres partes: en la primera, a primera hora de la mañana mientras Larry espera que su mujer se despierte recuerda en un largo flash-back el primer año de la relación entre los matrimonios, el inicio y la consolidación de la amistad. En la segunda parte, a medio día, una de las hijas de los Lang y su marido acompaña a los Morgan desde el pabellón de invitados a la casa principal, y vamos escuchando las conversaciones entre ellos: también a base de recuerdos cuentan -de una manera más fragmentaria que en la primera parte- cómo continúa la historia; sugiero leer con calma el capítulo en el que Larry recuerda el año que los dos matrimonios pasaron en Florencia: maravilloso. En la tercera, ya por la tarde-noche, el desenlace; quizá no sea el que muchos esperan, quizá a alguno no le convenza casi nada, pero es perfectamente coherente con todo lo que nos han contado en las trescientas y pico páginas anteriores. Como dice ION, conviene leerlo de un tirón.

La historia es buena, los entornos donde se desarrolla –especialmente Battell Pond, donde están las casas de los Ellis (la familia de Charity) y de los Lang- son buenos, la forma de contarla es buena. Los personajes secundarios son buenos. El ambiente culto, lleno de citas, de nombres, de versos y de música, es muy bueno. Y, sobre todo, los cuatro protagonistas son geniales, están magistralmente dibujados. STEGNER sabe mostrarnos sus lados buenos y sus lados malos, las virtudes y los defectos de cada uno, especialmente de los Lang (tiene que ser así, porque es Larry Morgan quien narra la historia). Lo hace de manera absolutamente real, construyendo unas personalidades llenas de bondad pero a la vez con defectos: creíbles, reales, y tremendamente magnéticos. Charity es ordenada y mandona, déspota a veces, pero siempre preocupada por los demás, buscando lo que le parece que es lo mejor para los otros, ajustado eslabón de una cadena familiar donde las mujeres son las que mandan y hacen avanzar a toda la familia. Sid es muy bueno, pero resulta poco osado e inseguro, casi apocado a veces, conformista; se desvive por su mujer y por su familia, por sus amigos, sabe olvidarse de él y vivir para los que quiere, sabe estar siempre en su sitio, hasta el final. Ambos –sobre todo él- son físicamente atractivos, guapos, fuertes, interesantes. Sally es tenaz y valiente, no se deja vencer por la adversidad, y la suya es de las grandes. Larry es inteligente, ingenioso, trabajador y audaz, sin miedo al futuro. WALLACE STEGNER consigue dar volumen a cada uno, y al final el lector –yo al menos- se acaba encariñando con ellos, admirando lo bueno que tienen y comprendiendo y perdonando lo malo. Son personajes de “carne y hueso”.

Le he dado alguna vuelta al título de EN LUGAR SEGURO ¿Cuál es ese lugar seguro del que nos habla Larry Morgan (o WALLACE STEGNER)? ¿Dónde está la seguridad a la que hay que llegar? (el título en ingles, CROSSING TO SAFETY, tiene un matiz de alcanzar una meta, llegar a un sitio, que en castellano se pierde un poco, o se da por alcanzada). Battell Pond puede ser el lugar seguro del titulo del libro: una referencia permanente, allí donde los protagonistas han desarrollado sus vidas. También puede hacer referencia a la actitud de Charity, siempre planificándolo todo –desde un día de picnic hasta la completa vida de la familia Lang- para asegurar que sale todo a la perfección. Pero creo que el lugar seguro no es un sitio. El lugar seguro al que hay que llegar es un sentimiento: el de la amistad y la generosidad por encima de cualquier diferencia, de cualquier desencuentro, de cualquier defecto. Ahí sí que se está bien. Pero la amistad hay que conquistarla, a la amistad se llega, la amistad se mantiene sólo si se trabaja.

Quizá estoy más entusiasmado de lo que debería, pero –ya lo dije nada más empezar- EN LUGAR SEGURO me ha parecido un auténtico hallazgo. Otro acierto de LIBROS DEL ASTEROIDE. Ya estoy buscando ÁNGULO DE REPOSO.

martes, 20 de abril de 2010

selecciónARTE, AÑO DOS

Otro año de selecciónARTE, que se ha pasado volando. Gracias a todos por vuestras aportaciones.


Como ya hice al cumplir un año, presento la imagen que utilizo en el perfil de xGaztelu. Se trata del RETRATO de VICTOR RITTER VON BAUER: óleo sobre lienzo pintado en 1918 por EGON SCHIELE, mide 140 x 110 cm y se encuentra en el BELVEDERE, de Viena.

jueves, 15 de abril de 2010

OTEIZA, LOS LÍMITES DE LA TRANSPARENCIA, en la FUNDACIÓN CANAL de MADRID


En el año 2005 el REINA SOFÍA organizó una exposición sobre JORGE OTEIZA que me pareció sensacional, me convirtió a OTEIZA. Conocía su obra, pero nunca me había llamado especialmente la atención. La muestra del REINA era deslumbrante, completísima ... salí impactado. Por eso quería ver qué nos enseñaba ahora la FUNDACIÓN CANAL. Lógicamente no esperaba un despliegue como el de hace cinco años, pero tenía la ilusión de volver a encontrarme con OTEIZA.

OTEIZA, LOS LÍMITES DE LA TRANSPARENCIA no está mal. Hay poco, pero un poco de todo. Y como OTEIZA es bueno, resulta interesante. A mi me llaman más la atención los sólidos y –sobretodo- los volúmenes que encierran espacio que las piezas abiertas resueltas a base de planos: debe ser deformación profesional. Si pudiera llevarme algo a casa tengo claro que sería una de las CAJAS METAFÍSICAS, seguramente el HOMENAJE A LEONARDO. Por cierto, la otra CAJA METAFÍSICA se titula RETRATO DEL ESPÍRITU SANTO: ¡qué audaz, qué osado, que ... acertado! A mi me dio que pensar.

No me detengo a comentar lo que me dice OTEIZA porque ahora mismo lo mezclaría con ideas de CHILLIDA que tengo en la cabeza (estoy leyendo sus escritos, magistrales: algo diré en selecciónARTE porque son una joya) y el comentario podría acabar en un gazpacho desafortunado.

Sí quiero comentar, en cambio, un detalle tonto pero que me gustó. Visité OTEIZA, LOS LÍMITES DE LA TRANSPARENCIA el sábado pasado, a media mañana. Con la fortuna de coincidir con una actividad para niños (niños y niñas, por supuesto: que nadie se me ponga nervioso) que gritaban mientras una persona les explicaba la obra del escultor. Lo primero que pensé es “xG, qué mala pata, niños gritando ...”; y era verdad, no nos engañemos: una seria algarabía no es la mejor manera de ver desocupaciones, intersecciones, expansiones o subproductos. Pero luego valoré aquello, y lo vi –como me ha pasado otras veces- con mejores ojos. No a los niños, que también, sino a sus padres. Alguno quizá simplemente había buscado una ocupación para su hijo esa mañana, sin importarle mucho cuál. Pero la mayoría estaban allí plenamente conscientes, con la ilusión de meter en sus hijos el gusanillo del arte desde pequeños, educando su sensibilidad. Bien por ellos.

OTEIZA, LOS LÍMITES DE LA TRANSPARENCIA se puede visitar en la FUNDACIÓN CANAL (junto a la tan desafortunada Plaza de Castilla, de la que podemos hablar otro día) hasta el 25 de abril.

viernes, 9 de abril de 2010

EN LA FRONTERA, de CORMAC McCARTHY


Cuando terminé de leer TODOS LOS HERMOSOS CABALLOS hice el propósito de, pasado cierto tiempo, lanzarme con EN LA FRONTERA, segundo título de la TRILOGÍA DE LA FRONTERA. He cumplido ese propósito, y hace unos días –semanas realmente- lo terminé; y de nuevo acabé decidido a leer el tercer (y último) volumen de la historia, CIUDADES DE LA LLANURA. No inmediatamente, pero lo haré ...

Lo haré porque me parece que son novelas que valen la pena. EN LA FRONTERA (THE CROSSING, 1994) no me ha llamado tanto la atención como TODOS LOS HERMOSOS CABALLOS, pero me ha gustado, sin duda. Y pienso que llama menos la atención porque todos los elementos del “estilo McCARTHY” ya son conocidos, y por lo tanto la segunda novela no resulta tan sorprendente como la primera. Pero EN LA FRONTERA está –en mi opinión- tan conseguida como TODOS LOS HERMOSOS CABALLOS.

EN LA FRONTERA cuenta tres viajes a México del joven Billy Parham. El primero en compañía de una loba; el segundo, con su hermano Boyd, en busca de unos caballos; el tercero ... no lo cuento, que después decís de destripo las novelas. El primer capítulo me parece que es, con diferencia, lo mejor del libro: la relación de Billy con la loba está conseguidísima; como pasaba en TODOS LOS HERMOSOS CABALLOS, los paisajes y el recorrido que hacen son de esos que atraen a cualquiera: la amplitud del territorio, el horizonte, los días larguísimos cabalgando, las noches al raso ... lástima que -como también pasaba en TODOS LOS HERMOSOS CABALLOS- de vez en cuando McCARTHY se complica al narrar con excesivo detalle algunos sucesos que no son fáciles de seguir, o que no se entienden –que yo no he entendido del todo- por no conocer bien de lo que habla: los cepos, las sillas de montar, cómo se ata una la loba o como se lleva. Los otros tres capítulos se leen también bien, pero cambian de tono, funcionan en otra clave: Billy cabalga mientras busca, y esa búsqueda le va llevando de un lado a otro sin mucho orden; a medida que avanza se encuentra con personajes variopintos que le van contando su particular visión de la vida, en la que la muerte y Dios siempre juegan un papel importante. Los largos discursos de algunos resultan premiosos, incluso en ocasiones pretenciosos, pero se lo perdonamos, porque –junto con el drama- en sus vidas y en su actitud suele haber una gran dosis de generosidad: comparten desde lo más elemental –comida o techo- hasta lo más intimo, la experiencia de la vida, de sus vidas, tremendas muchas veces. La última parte de la novela tiene un punto importante de surrealismo. Y los diálogos entre los hermanos, llenos de sobreentendidos, resultan siempre estupendos.

No me detengo a comentar cuestiones de estilo, porque ya dije alunas cosas al comentar TODOS LOS HERMOSOS CABALLOS, y me repetiría.

EN LA FRONTERA es otra novela de búsqueda, en la que Billy Parham -como le pasaba John Grady- mientras viaja aprende y madura, a palos casi siempre. Va descubriendo la vida, la muerte y el mundo. Un mundo duro, cruel muchas veces, pero a la vez grande y generoso. Un viaje con algo de aventura épica y heroica. Una búsqueda que no termina, y que hace que Billy –como John- siga buscando: su vida, como el mismo dice en algún momento, es el camino.

domingo, 4 de abril de 2010

LA CASA MATESANZ Y EL HOTEL AVENIDA: ANTONIO PALACIOS RAMILO en la GRAN VÍA de MADRID

En nuestro paseo por la GRAN VÍA comenzamos hoy a recorrer el segundo tramo de la avenida, lo que se proyectó como EL BULEVAR y se llamó AVENIDA DE PI I MARGALL, entre la Red de San Luis y la Plaza de Callao.

Pero antes de comenzar a andar, selecciónARTE quiere dejar constancia de que hoy, 4 de abril de 2010, es propiamente el centenario del inicio de las obras de la GRAN VÍA: hoy hace cien años ALFONSO XIII golpeaba con la ya famosa piqueta de plata la antigua Casa del Cura de la Iglesia de San José y comenzaban de manera oficial las obras de una calle que ha resultado ser emblemática. La ocasión merece, como es habitual en cualquier cumpleaños, desear muchas felicidades: a los que tuvieron la visión de proyectarla, a los que la fueron construyendo poco a poco, a todos los madrileños que le han ido dando forma y sabor y estilo durante cien años.


Pero vamos a lo nuestro: la AVENIDA DE PI I MARGALL fue construida entre los años 1917 y 1922, y para su trazado se usó como guía la calle de JACOMETREZO, de la que hoy sólo queda un corto tramo entre la Plaza de Callao y la de Santo Domingo. Se diseñó como una avenida de 35 m de ancho, con bulevar central, y cuyos edificios podían tener más altura que los del tramo anterior: 35 m frente a los 25 m de la AVENIDA B, la calle del Conde de Peñalver. El bulevar fue eliminado muy pronto por las dificultades que causaba en el tráfico.

En términos generales podemos decir que en este segundo tramo de la GRAN VÍA se olvida el discurso historicista y ecléctico que presidió las construcciones que hasta entonces se habían realizado, y los arquitectos vuelven la mirada a los Estados Unidos. Es el momento del funcionalismo que hereda todo lo que enseñó la ESCUELA DE CHICAGO. Sería largo explicar ahora con detalle qué fue ESCUELA DE CHICAGO: baste decir que después del gran incendio de la ciudad en 1871, los arquitectos que deben reconstruirla trabajan con un sistema edificatorio que busca la eficiencia, lo práctico; y lo bello surge –dentro de un orden: sigue existiendo “el adorno”- de esas coordenadas: no es una cualidad superpuesta al edifico proyectado, sino una consecuencia del proceso proyectual. En USA no tiene un pasado en el que mirarse, del que renacer, así que los arquitectos –podemos citar a LE BARON JENNEY y SULLIVAN por si alguien está interesado en investigar un poco más- lo que buscan es la eficacia, buscan solucionar problemas de manera práctica y realista. En ese contexto estudian cómo ganar altura; tratan de aprovechar mejor el suelo; estudian cómo asegurar que las estructuras metálicas resistan el fuego; buscan la luz rasgando las fachadas; eliminan muros de carga; comienzan a utilizar los ascensores ... construyen propiamente los primeros rascacielos.

Junto a estas corrientes norteamericanas en Europa se han desarrollado las vanguardias, que tienen su lógico reflejo en la arquitectura. Pero en España no entran –al menos por ahora- con fuerza suficiente: únicamente GARCÍA MERCADAL parece hipnotizado por la vanguardia. Los arquitectos españoles, de una generación posterior a los del ’98, ya no siguen pensando y proyectando en términos historicistas, pero tampoco lo hacen en términos de vanguardia ortodoxa. Ahora se piensa en el progreso, y España mira hacia el país que ya comienza a ser una referencia: los Estados Unidos (Europa, no lo olvidemos, acaba de salir de la Gran Guerra, y en Estados Unidos aún no ha llegado el crack del ‘29). Como ya pasó en la primera fase de la GV con los neos, ahora son las ideas funcionalistas las que quedan plasmadas en la GRAN VÍA. Ojo, como siempre, hay que recordar que estos sucesos/ideas/proyectos no resultan exclusivos: todo se mezcla, algunos siguen construyendo con los lenguajes de las décadas anteriores, el funcionalismo americano se “contamina” de las características propias del arquitecto que lo desarrolla y hay una importante corriente que busca la modernidad sin acudir a las vanguardias, lo que algunos llaman el clasicismo moderno, estilo predominante en la llamada Edad de Plata de la arquitectura española (generación del ’25).

Aunque recorreremos un buen número de edificios, pienso que en este tramo de la GRAN VÍA vale la pena centrarse en dos, proyectados por un mismo arquitecto, ANTONIO PALACIOS RAMILO (1874-1945). Tampoco tenemos posibilidad de detenernos a comentar la interesante y singular figura de ANTONIO PALACIOS, pero su arquitectura es bien conocida en Madrid porque varios de los edificios más emblemáticos de la ciudad salieron de su estudio: el PALACIO DE COMUNICACIONES (el más que clásico edificio de CORREOS) en la Plaza de Cibeles, el CÍRCULO DE BELLAS ARTES en la calle de Alcalá, el HOSPITAL DE JORNALEROS (también conocido como HOSPITAL DE MAUDES, hoy propiedad de la Comunidad de Madrid) en la calle de Raimundo Fernández Villaverde, el antiguo BANCO MERCANTIL E INDUSTRIAL (hoy sede de exposiciones de la CAM) también en la calle de Alcalá ... ANTONIO PALACIOS construyó En la GRAN VÍA dos magníficos edificios:

En el número 27 de la GV con vuelta a la calle de las Tres Cruces y a la de la Salud PALACIOS proyectó la CASA MATESANZ. Construido en 1919, debe su nombre –lógicamente- a sus dueños, y se destinó a comercios en plantas bajas y despachos y oficinas en las superiores. Sobre un zócalo bastante alto –excesivamente alto, en mi opinión- rematado con un balcón corrido, PALACIOS plantea un atractivo cuerpo central resuelto con unas pilastras de orden gigante rematadas en grandes arcos que recorren toda la fachada, sin apenas singularizarse en las esquinas (asunto que me parece francamente interesante, por la homogeneidad y continuidad que consigue en todo el frente), y que alojan en su interior unos miradores verticales de vidrio y carpintería metálica. Todo se remata con un cuerpo mucho más ciego y pesado, también bastante continuo en las tres fachadas (los torreones de las esquinas de cubierta quedan suficientemente retranqueados como para desaparecer a la vista).



Un poco más adelante y en la acera de los pares, en el número 34 de la GV con vuelta a la calle de Mesonero Romanos, PALACIOS construye el HOTEL AVENIDA (antes ALFONSO XIII), sobre un proyecto inicial de JOSÉ YÁNOZ. Me parece modernísimo el gran paño central que, aunque repite el concepto de la CASA MATERSANZ, aquí lo actualiza, lo moderniza: los miradores rasgados en vertical son mucho más estrechos y geométricos –se acabaron las curvas- y están enmarcados por falsas columnas jónicas que no soportan arcos sino un cuerpo adintelado: falsas porque muestran sin reparo al espectador que están chapadas con piezas pequeñas de mármol cosidas a una estructura interior mediante clavos que quedan vistos (¿alguien recuerda la Caja Postal de Viena de WAGNER?). En este caso, en cambio, el paño principal no da la vuelta, sino que –de manera más clásica- queda enmarcado además de por el zócalo –demasiado alto de nuevo- por torreones laterales completamente masivos y una coronación llenas de elementos de indudable marchamo “palacios”: recuerdan a los que utiliza en el PALACIO DE COMUNICACIONES que hoy está pasando a ser la sede del AYUNTAMIENTO DE MADRID (permitidme un recuerdo al magnífico edificio de la PLAZA DE LA VILLA, tan bien puesto en su sitio).


Además de las dos obras de ANTONIO PALACIOS hay en este tramo de la GV otros edificios de interés, que cito de forma breve –unas citas más breves que otras, todo esa dicho ...

El HOTEL GRAN VÍA, en GV25, de MODESTO LÓPEZ OTERO, construido en 1925.

La CASA DEL LIBRO, en GV 26, proyectada por JOSÉ YÁNOZ entre 1920 y 1923 para la Editorial Calpe. Como dato histórico se puede decir que ocupa el solar donde en tiempos estuvo la casa de JACOBO DE TREZZO, escultor, construida por el mismísimo JUAN DE HERRERA.

El antiguo TEATRO FONTALBA, de JOSÉ LÓPEZ SALLABERRY, en GV 30, separado del EDIFICIO DE TELEFÓNICA por la calle de Valverde. Inaugurado en 1924 con la representación de “La verdad sospechosa”, de JACINTO BENAVENTE, funcionó como teatro hasta 20 años después, 1944. Después pasó a ser la sede de un par de bancos, y en los 90’s lo reconvirtieron en un centro comercial que, en mi opinión, apenas tiene interés.

El EDIFICIO MADRID-PARÍS, en GV 32, tiene cierta historia. Primero fue la sede de los ALMACENES MADRID-PARÍS, que pasan por ser los primeros grandes almacenes de la capital, y después de los archiconocidos ALMACENES SEPU (Sociedad Española de Precios Únicos). El proyecto, cualquiera lo ve al mirar el edificio, tiene dos partes bien diferenciadas, aunque a la vez muy bien relacionadas. El original –para los ALMACENES MADRID-PARÍS, levantado en los primeros 20’s- sólo incluía las cuatro primeras plantas y un remate superior de dos alturas acabado en las esquinas con sendos torreones; el proyecto vino de París (la empresa era francesa, como el propio nombre de los almacenes sugiere) y dirigió la obra TEODORO ANASAGASTI. Como se puede ver en la foto de época, la planta de calle tenía unos soportales remetidos que con el tiempo se ocuparon con los escaparates que ahora vemos enrasados con el plano de fachada. En 1934 la sociedad francesa quebró y el edifico cambió de manos, creció tres plantas más, y pasó a ser la sede de SEPU en las plantas bajas, y de Radio Madrid en las altas. Todo de nuevo bajo la supervisión de ANASAGASTI. Ahora, en el centro y como remate de la cúpula, el ave fénix ...




En el número 39 de la GV con vuelta a la Plaza de Callao se levanta el edificio de viviendas de la compañía LA ADRIÁTICA. Proyectado por LUIS SAINZ DE LOS TERREROS, tiene cierto interés el templete que remata el cilindro que configura la esquina, sobre todo por su posición estratégica como perspectiva de la subida por la GV desde la Plaza de España.

Y aquí le llega el turno a los cines del entorno de la plaza de Callao, que dejamos para el mes que viene.