lunes, 30 de diciembre de 2013

lunes, 23 de diciembre de 2013

¡FELIZ NAVIDAD ...

lunes, 16 de diciembre de 2013

LA MEJOR ARQUITECTURA MADRILEÑA DEL SIGLO XX, XII: LA SEDE DEL BANCO DE BILBAO en el PASEO DE LA CASTELLANA, de FRANCISCO JAVIER SÁENZ DE OÍZA, ARQUITECTO



Durante el mes de diciembre de 2013 una fotografía de la fachada del BANCO DE BILBAO, de FRANCISCO JAVIER SÁENZ DE OÍZA, ocupa la cabecera de selecciónARTE. Proyectado y construido entre 1971 y 1978 es otro de los edificios absolutamente emblemáticos de la ciudad, y desde luego incontestable en esta lista de lo mejor del siglo XX madrileño. Como ya hice al hablar de TORRES BLANCAS, recurro de nuevo al texto que se publicó en el monográfico de EL CROQUIS dedicado a OÍZA en abril del ’88:

 

Un edificio de oficinas debe ser entendido como institución e instrumento de trabajo. Como un mecanismo complejo y de gran movilidad, que se relaciona con las formas de la organización, con los sistemas de la producción, con las estructuras de los servicios, Debe ser entendido como paquete constituyente básico del sistema nervioso de los centros urbanos. La estructura de los edificios de oficinas, las sedes de la Organización, se liga históricamente con el desarrollo de los rascacielos y con el Movimiento de la Nueva Arquitectura. En principio constituyen apilados densos de servicios de complejos de organización y dirección, en puntos igualmente densos de las estructuras metropolitanas. Desde Sullivan en Chicago hasta Saarinen o Mies van der Rohe en Chicago o Nueva York, la historia del edificio de oficinas sintetizó la génesis del movimiento moderno de la Arquitectura en una línea lenta pero ininterrumpida de liberación de viejos conceptos, de superación de viejas estructuras y propuestas académicas en el entendimiento de las formas propias de las instituciones para la organización.

Nuestra proposición quiere ser entendida como un deseo inevitable de seguir en esta línea progresiva e ininterrumpida de desarrollo. Queremos huir de toda argumentación retórica y de todo fachadismo. Si tuviéramos que proponernos un modelo, pensaríamos en una formulación matemática o en un cerebro electrónico. Lo anecdótico, lo circunstancia, lo local, no queremos que fundamente nuestra propuesta. Suscribimos las palabras de Hannes Mayer a propósito de su propuesta para el Palacio de la Liga de las Naciones de Ginebra de 1926-1927: Como edificación orgánica expresa sinceramente que intenta ser un edificio para el trabajo y la cooperación... Como un deliberadamente ideado producto del hombre se ofrece en legítimo contraste con la naturaleza. Este edificio no es hermoso ni horroroso. Demanda ser evaluado como una invención estructural. Debemos ser conscientes de que tomamos una decisión arquitectónica y no solamente una respuesta funcional o estructural. Debemos ser conscientes de seguir un camino histórico en aquella decisión. Debemos despojar nuestra propuesta de contenidos que le son ajenos. Hacemos de nuestra proposición un objeto de selección, un producto de perfeccionamiento sucesivo.

Nuestro problema es el problema de un contenedor homogéneo, sin calidad de objeto visual. La respuesta a la movilidad de su organización interior y el confort fisiológico, constituyen y fundamentan nuestra forma. Es suficiente problema arquitectónico poner treinta plantas, una sobre otra, ponerlas con juicio, como para relegar al olvido ridículas intenciones u operaciones decorativas. Sede Bancaria, Edificio de Oficinas, Torre o pila de naves de Organización, la función se apodera de su propio prototipo. Ni museo, ni templo o iglesia, que escandalizaran a Sullivan: desde Sullivan comienza la emocionante carrera de perfeccionamiento de un prototipo, producto, repetimos, de serie y de selección, forma inevitable.

Pretende responder a aquel entendimiento del problema. Queremos poner 30 plantas, una sobre otra, que nos propongan la Arquitectura como servicio al hombre: queremos construir un apilado de 30 espacios altamente estimulantes, queremos construir, dijéramos, 30 ambientes.

La clave de la organización interior deriva de la necesidad de disponer con movilidad los espacios de trabajo interiores de forma que en cada momento y ante cualquier evento, la forma sea realmente el soporte de aquella libre organización de ambientes. Como una nave industrial, un edificio de oficinas es un plano complejo de trabajo, que se adecua en todo instante a su propia y precisa función productiva: la forma en que estos planos de trabajo pueden ser agrupados y divididos, trabados y separados, constituyen a clave propia de su esencia. Hemos pretendido liberar al conjunto del peso del núcleo de servicios (ascensores, escaleras, etc.), que inevitablemente jerarquizan las formas de aquel libre encadenamiento. Nuestras plantas pueden entenderse tanto como áreas de plaza urbana o áreas de plano industrial (espacios diáfanos de trabajo sin división ni obstrucción alguna), o comprenderse como una trama de calles con cuadras o áreas de trabajo más individualizadas o privadas. La liberación del núcleo central permite ambas situaciones extremas entre las que pueden insertarse grados intermedios muy diversos. Seguimos en esta línea las mejoras propuestas de Saarinen. Los paquetes o grupos de comunicación vertical —dos, de seis ascensores de ocho plazas— no predeterminan ni condicionan aquella libertad de organización interior que es la clave de la vida del edificio de oficinas en su desarrollo.

El esquema organizativo en sección vertical toma conciencia de su situación puntual, en torre, en relación con el tejido urbano de la ciudad, de forma que propone una sensible pero aparente degradación vertical de espacios y ambientes internos. Un tránsito continuo y gradual de los espacios públicos a los ambientes más privados. Los cuatro primeros niveles, más públicos, están espacial y visualmente relacionados mediante profundos cortes interiores que los comunican. Igualmente, cuatro grupos de escaleras mecánicas se suman a los dos paquetes de ascensores, relacionando más públicamente los primeros niveles interiores de la organización. La penetración exterior es sensible, en descenso, al patio de operaciones bancarias, y en ascenso, por las escaleras mecánicas, al Hall central de partida de comunicaciones de toda la torre. Grupos de locales comerciales envuelven el espacio central del edificio. El restante cuerpo bajo de tres plantas se ordena como remate frontal del grupo de locales en tres niveles que circundan el complejo de AZCA y se relacionan con la pila central de oficinas que constituyen nuestra propuesta, a través de dos pasos cubiertos lanzados sobre el espacio abierto.

LA ESTRUCTURA

En colaboración con el grupo de Arquitectos e Ingenieros que han integrado nuestro grupo de trabajo, la estructura ha ido tomando forma. Circunstancias de orden particular —paso sobre el ferrocarril y rapidez en la ejecución— han condicionado la gama de posibles propuestas. Hemos sido conscientes de que una torre es en parte un problema de estructura o esqueleto portante, aunque no es sólo un problema de estructura.

Nuestra propuesta se desarrolla en dos niveles diferentes. Una macroestructura resistente a las grandes acciones de gravedad o cargas dinámicas y una estructura de subdivisión espacial para lotización del espacio anterior en sucesivos planos de trabajo. La primera es de hormigón armado en su totalidad. Hormigón armado con encofrado deslizante (del que los ingenieros consultores tienen ya una directa experiencia práctica) para la creación de pilas de hormigón armado y elevación ulterior de vigas de hormigón armado postensado, eregidas utilizado como apoyo las pilas anteriores, para organizar cinco o seis núcleos arborescentes de extensión horizontal, que constituyen el entramado de desarrollo. Colgando o apoyando en esta macroestructura así constituida, aparece la estructura menor de subdivisión del espacio que se realiza totalmente en acero, incluido los forjados de piso (chapa plegada). Al ser una estructura localizada, sus secciones son mínimas y el encumbramiento en planta, también mínimo, para una económica situación de luces de vanos. Cada cinco plantas la estructura propuesta brinda una planta totalmente diáfana y sin pilares en sus 30 x 40 m2, lo que supone que un 20% del programa total de oficinas constituye un ambiente único de trabajo. Estas grandes oficinas diáfanas se han colocado en el proyecto en los espacios inmediatamente debajo de la gran estructura colgante de hormigón armado, de forma que el volumen interno de estas áreas de trabajo se incrementa con el espacio entre vigas.

La visible epopeya constructiva de la realización de esta estructura, será lo suficientemente evidente a nivel urbano, para que pueda ser percibida históricamente en forma imborrable.

Frente al concepto de edificio como acumulación de masas y formas, nuestra proposición quiere ofrecer una imagen de forma como respuesta al control energético del medio físico. El término dialéctico exterior-interior no se resuelve en una dicotomía absurda que separa rígidamente lo de dentro y lo de fuera mediante un elemental diafragma de vidrio, anulando ambos interior y exterior. Nuestra propuesta está en la línea de la definición compleja de un concepto de umbral, una zona límite de penetración de lo exterior en lo interno y de proyección —fisiológica y sicoIógica— de lo interior en lo externo. La tirante superficie vítrea que envuelve el medio interno acondicionado, se provee de una segunda envuelta o tachada sensible de un sistema fijo de elementos de parasol metálicos, que determinan en definitiva este concepto de situación de umbral o de anillo de interrogación dentro-fuera. La mujer en el umbral de su casa está tanto dentro como fuera de la misma.

La esquina como problema singular es afrontada en nuestra proposición en forma nítida: locales con doble orientación para una misma área de trabajo, locales con doble carga de acondicionamiento o de control ambiental no pueden justificarse, racionalmente hablando, y en consecuencia se replantea su problema en los justos términos funcionales. La esquina convencional obedece a una tecnología superada de ladrillo o de piedra que merece ser revisionada. Al problema del control climático que provoca la esquina, se une la acción de las cargas dinámicas (viento) que aconsejan su redondeo, como nos lo prueba lo propia experiencia del tiempo actuando sobre los viejos edificios. El falso concepto de Arquitectura industrial como Arquitectura de base estrictamente prismático-ortogonal, carece de fundamento serio. La coherencia de las nuevas formas de edificación con las formas que brinda el mundo de los objetos de nuestro tiempo, debe cumplirse con el mismo concepto de rigor histórico que siempre las ha identificado como pertenecientes a una etapa de cultura que las abarca y engloba, desde el objeto más ínfimo hasta la propia forma metropolitana. Nuestra propuesta ofrecerá un exterior nítido, pero protegido económicamente (control climático) de la incidencia perturbadora del medio físico. El exterior penetra al interior a través de esta fachada-esponja de piel sensible.


Por cierto: el edificio ya no es del Banco de Bilbao, que se está trasladando a su nueva sede en Las Tablas. Pero parece que uno de los acuerdos con el nuevo dueño es mantener durante unos años el logo del BBVA en lo alto de la torre ...

sábado, 30 de noviembre de 2013

LA MEJOR ARQUITECTURA MADRILEÑA DEL SIGLO XX, XI: LA SEDE DE BANKINTER EN EL PASEO DE LA CASTELLANA, DE RAFAEL MONEO y RAMÓN BESCÓS, ARQUITECTOS


Una perspectiva del edificio BANKINTER en el Paseo de La Castellana, 29 (o, más propiamente, en la calle del Marqués de Riscal, 13) ha ocupado durante el mes de noviembre de 2013 la cabecera de selecciónARTE.


Proyectada y construida por RAFAEL MONEO y RAMÓN BESCÓS entre 1973 y 1976, la SEDE DE BANKINTER se levanta en parte de la finca del PALACIO DEL MARQUÉS DE MUDELA, construido en 1905 por el arquitecto LORENZO ÁLVAREZ CAPRA, y que también se mantiene en pie.

 

Resulta interesante ver cómo MONEO separa los dos edificios con ese gran paño que nos trae a la cabeza el EDIFICIO DE SINDICATOS: aquí el arquitecto parece respetar el palacete conteniendo la nueva edificación con un muro de gran potencia, y generando una larga hendidura que los distancia. A la vez, los dos edificios dialogan: los materiales juegan en esto un serio papel (el ladrillo, tan de Madrid, como elemento clave), y también ese cuerpo bajo que se enfrenta a un mirador del palacete como si fuera su gemelo actualizado. La otra fachada principal surge en diagonal, haciendo de la necesidad (debe respetar unas servidumbres con los edificios vecinos) virtud: consigue una intensa e interesante proa hacia la calle, de geometría rotunda y gran riqueza formal. El conjunto se cierra al fondo con un potente muro curvo, que aloja el salón de actos.


Los cuerpos de huecos más altos se dividen con unos frisos del escultor FRANCISCO LÓPEZ HERNÁNDEZ.

viernes, 1 de noviembre de 2013

LA MEJOR ARQUITECTURA MADRILEÑA DEL SIGLO XX, X: TORRES BLANCAS, DE FRANCISCO JAVIER SÁENZ DE OÍZA, ARQUITECTO

Durante el mes de octubre de 2013 el edificio TORRES BLANCAS ha ocupado la cabecera de selecciónARTE. Proyectado y construido por FRANCISCO JAVIER SÁENZ DE OÍZA entre 1961 y 1968, es sin duda una de las imágenes más reconocibles del paisaje madrileño.

 

Así se describía el edificio en aquel mítico número de EL CROQUIS dedicado a OÍZA en abril de 1988 (lo copio completo, con esos párrafos finales que tienen el encanto de lo pasado):

Bloque de viviendas situado en la avenida de América, en la entrada a Madrid desde Barcelona y el aeropuerto de Barajas. En este proyecto se afronta el problema de constituir una unidad de diseño a escala urbanística, a partir de la suma de tipos distintos de viviendas. En este sentido, el espacio de acceso a la torre, con su hundimiento en el terreno, el «acabado» de los voladizos superiores y la potencia de cada elemento constructivo ayudan a conseguir el objetivo.

En el proyecto original, las torres debían haber sido dos. La torre edificada consta de dos pisos subterráneos, un piso de entrada, ventiún pisos de viviendas, un piso intermedio de servicios y dos pisos, en la parte superior, destinados a centro social con restaurante, bar, piscinas y ambientes de vida en común. La torre ocupa 900 metros cuadrados de un solar cuya superficie total es de 3.600 metros cuadrados; el resto está destinado a terraza-jardín, que actúa al mismo tiempo de cubierta del aparcamiento subterráneo. Dos rampas de escalinatas llegan, a través del jardín, a la entrada, que se caracteriza por un original tratamiento del techo. Los servicios son centrales.

Los apartamentos, cuatro por piso, en algunos casos son «dúplex». Las paredes de cemento son autoportantes. Cada vivienda cuenta con amplios balcones semicirculares, que caracterizan claramente a la torre. Con este edificio se confirmó una tendencia «orgánica» en la arquitectura española de su tiempo. Los tipos de vivienda son cuatro, con superficies de 90, 120, 212 y 395 metros cuadrados (éstos últimos en forma de dúplex, obtenidos mediante la integración de dos planos superpuestos, en los cuales la terraza del plano superior se adentra ligeramente respecto a la del plano inferior).

La estructura es de cemento armado sin pilares, ya que son las paredes verticales externas y algunos elementos verticales internos los que realizan las funciones de sustentación, formando un conjunto monolítico, una roca de cemento, una estructura estéticamente muy interesante.

El edificio disfruta de aire acondicionado, y regulación automática y graduable en todos los apartamentos. Las terrazas presentan cierres a cierta altura, con persianas de madera de teca antigua vista.

Los ascensores principales son dos. Existe, además, uno de servicio. Todos los servicios y las instalaciones son de alta calidad, obteniéndose el lujo moderno que el folleto promocional ofrecía a los futuros usuarios.

Las cocinas y los cuartos de baño están provistos de un sistema general de ventilación mecánica, que mantiene un nivel de ligera depresión en el ambiente, impidiendo así lo propagación de los olores.

 

En algún sitio leí que TORRES BLANCAS, junto con el EDIFICIO GIRASOL de JOSÉ ANTONIO CODERCH, son los máximos representantes de la arquitectura residencial de Madrid. Construidos casi simultáneamente, uno con estructura de acero y el otro en hormigón, ambos edificios pretendían ser para sus promotores construcciones extraordinarias, fuera de serie. En mi opinión, lo son, sobradamente.


Aquí dejo un enlace para el que quiera más información.

lunes, 30 de septiembre de 2013

LA MEJOR ARQUITECTURA MADRILEÑA DEL SIGLO XX, IX: LA CASA CARVAJAL en SOMOSAGUAS, de JAVIER CARVAJAL FERRER, ARQUITECTO

Durante el mes de septiembre de 2013 la cabecera de selecciónARTE ha sido una fotografía y la planta de la casa que JAVIER CARVAJAL FERRER construyó para sí mismo en Somosaguas -una urbanización a pocos kilómetros de Madrid- en el año 1966.


Es otra obra que alguno podría discutir (lo mismo le pasaba al edificio de FISAC), pero me resistía a dejar a Don JAVIER fuera de la lista de lo mejor de MADRID del siglo pasado …

 

Estas cuatro últimas fotos son del usuario de flickr antsuarezz (la de la cabecera y la planta, de una publicación sobre la obra de CARVAJAL).

sábado, 31 de agosto de 2013

LA MEJOR ARQUITECTURA MADRILEÑA DEL SIGLO XX, VIII: LA CASA HUARTE, DE JOSÉ ANTONIO CORRALES Y RAMÓN VÁZQUEZ MOLEZÚN


Durante el mes de agosto de 2013 la CASA HUARTE, construida en PUERTA DE HIERRO en 1962 por los arquitectos JOSÉ ANTONIO CORRALES Y RAMÓN VÁZQUEZ MOLEZÚN ha ocupado la cabecera de selecciónARTE.

Así explicaba el propio CORRALES el proyecto:

Los Huarte eran unos mecenas del arte en general, de pintores, escultores y arquitectos. Jesús Huarte, muy amigo de Ramón, nos encargó esta casa para su familia en la Ciudad Puerta de Hierro. La parcela se sitúa entre una calle principal y una calle secundaria, siendo el resto medianería. Por ello, se debía tener en cuenta el ruido, provocado en parte por el paso de los autobuses por la calle principal. La idea fue buscar el mediodía, de forma que la casa se coloca al norte, dejando el jardín al sur. Para separarse de la calle, del ruido y del vecino, se modifica el terreno; se levantaron unos muros perimetrales con banqueos y se rellenaron de tierra. Se consigue un escalonamiento artificial en una parte del terreno con lo cual está separada de la calle. La casa se abre mediante tres patios interiores, separada de la calle por este escalonamiento en el cual se sitúa el servicio con su propia entrada

El primer patio representativo es el de llegada, otro es el patio familiar, que tiene un pilón-piscina, y el tercero es el patio de dormitorios. Las ventajas de aquella época respecto al sistema actual de normativas de comunidades residenciales, es que ahora las edificaciones tienen que separarse quince metros del linde en muchas comunidades, con lo cual la casa hay que situarla en medio. Esto impide la diferenciación de los terrenos exteriores; en cambio, en este caso, vamos al límite separándolos cuatro metros del lado norte. El muro de cerramiento antes citado no lo hubieran dejado en una urbanización actual. Con todo esto quiero decir que en aquella época se jugaba con unas ventajas que actualmente no existen. Era muy complicado, pero por otro lado podías saltarte muchas cosas, que hoy dificultan el proyecto

En la planta se ve una entrada de vehículos al norte, siempre tuvimos la idea de que se llega en coche, y por lo tanto tiene que haber un porche para llegar en coche y pararse. No una puerta. El salón-estar sale a uno de los patios, comunicado a su vez por una especie de pasillo con el comedor. El pasillo tiene unas correderas que se abren pudiendo comunicar el patio del salón con el patio familiar. Próximo al salón se encuentra un cuarto de estar de la familia, el dormitorio principal y los dormitorios de los hijos. Todo comunicado con el servicio que está debajo del jardín elevado a mediodía. De este modo, el servicio comunica con el comedor y comunica con los dormitorios. Esta es la idea de la casa, es decir, que la casa se coloca hacia el norte con el jardín delante, el sol llega hasta ella y mediante el banqueo se separa de la calle y de la vista de las otras casas. En el piso de arriba hay una biblioteca que tiene el ventanal al norte para poder ver la sierra de Madrid. En las fotografías de aquella época del patio representativo se observan los muros artificiales y la vegetación que separa de la calle

Es un edificio en el que tuvimos muchas facilidades porque no había limitación de materiales ni de mano de obra. Se utilizó ladrillo de gres de Segovia siendo el suelo también de gres. La cubierta es de teja vidriada color berenjena y todos los remates entre ladrillo y teja, están hechos con chapa galvanizada plegada según la necesidad, una cosa que hemos mantenido muchas veces. Es decir, es remate y canalón al mismo tiempo. Lo difícil es que una teja plana se ligue de manera limpia con el ladrillo. La carpintería es de madera de cedro. En aquella época usábamos un sistema que tampoco podemos dejar de lado, la ventana Pearson inglesa, una ventana en la cual no había hoja, había cerco con ranuras y la luna corría limpiamente sobre la ranura de madera con unos tubitos de desagüe. De esta forma queda una carpintería muy limpia. Hoy día no te admiten una carpintería sin hoja, es decir, con ranuras sobre el cerco. El patio familiar tenía una piscina-pilón que la pintamos de malva oscuro; era bonito con el ladrillo, pero para bañarse me parece que tenía que ser un poco desagradable meterse en un agua tan oscura. El sistema de cubiertas es muy popular, como una casa de pueblo, a un agua todo, con unas piezas de chapa que rematan muy limpiamente el edificio. Se parece a una zona de un pueblo de cubiertas libres. No parece que esté organizado. El porche de entrada también tiene un remate de chapa. Todo este juego de remates es muy importante.



He “tomado prestadas” las fotografías de la red …