domingo, 31 de marzo de 2013

LA MEJOR ARQUITECTURA MADRILEÑA DEL SIGLO XX, III: EL HIPÓDROMO DE LA ZARZUELA, de CARLOS ARNICHES y MARTÍN DOMÍNGUEZ, ARQUITECTOS, y EDUARDO TORROJA, INGENIERO


Durante el mes de marzo de 2013 ha ocupado la cabecera de selecciónARTE una fotografía del HIPÓDROMO DE LA ZARZUELA, de los arquitectos CARLOS ARNICHES y MARTÍN DOMÍNGUEZ, y el ingeniero EDUARDO TORROJA. El edificio fue construido en 1935/36, aunque propiamente no se acabó hasta después de la guerra civil, en 1941.


El proyecto surge cuando SECUNDINO ZUAZO planeó la ampliación de Madrid hacia el norte por el eje del Paseo de la Castellana, y previó utilizar el suelo que ocupaba el hipódromo de la ciudad para el conjunto de los NUEVOS MINISTERIOS. Se convocó entonces un concurso para construir un nuevo hipódromo en la Zarzuela, junto al arranque de la Cuesta de las Perdices, y entre las propuestas presentadas resultó ganadora la de ARNICHES, DOMÍNGUEZ y TORROJA. El interés del proyecto reside en la genial estructura laminar de hormigón que conforma la cubierta de las gradas, a base de hiperboloides con casi 13 metros de voladizo.


Copio la explicación que el propio HIPÓDROMO DE LA ZARZUELA da de si mismo en su sitio web:

El Hipódromo de La Zarzuela, Premio Nacional de Arquitectura y cuya marquesina fue declarada Bien de Interés Cultural, se empezó a construir en 1935 pero no se inauguró hasta mayo de 1941, debido a la Guerra Civil, aunque la obra ya estaba prácticamente terminada el 18 de julio de 1936. Estuvo inspirado en el de San Siro de Milán y contó con un presupuesto de tres millones de pesetas. Vino a sustituir al antiguo hipódromo de La Castellana y en el concurso se dieron cita nueve proyectos, resultando ganador el firmado por los arquitectos Arniches y Domínguez y por el ingeniero Eduardo Torroja.

Esta obra, que entonces supuso una auténtica innovación en los sistemas de construcción, conserva actualmente su estructura tal y como se proyectó, después de ser reparada de los impactos que sufrió durante la guerra civil española. Todavía hoy sigue siendo visitada por especialistas nacionales y extranjeros para estudiar su solución estructural.

El Hipódromo es de una belleza singular destacando la construcción de las viseras de las tribunas, un espléndido, novedoso y muy premiado proyecto del ingeniero de Caminos Torroja, responsable de la realización de importantes edificios civiles en los años treinta y especialista en el estudio de nuevos materiales de gran resistencia, especialmente el hormigón armado.

La principal novedad de ese proyecto fue la cubierta de la tribuna, hecha con láminas de hormigón armado en forma de hiperboloides, que con sólo 5 cm. de espesor en el extremo de los voladizos soportan todos los esfuerzos sin nervios ni refuerzos, simplemente con un anclaje posterior de tirantes, separados por cinco metros. La marquesina laminar vuela casi 13 metros.

El graderío de los espectadores se sustenta en su parte superior en un soporte vertical principal y en su interior en otro soporte de gran rigidez. La posición de éste viene obligada por la necesidad funcional de alojar bajo la grada una galería con salida directa a la pista. Volada sobre ménsulas que salen del soporte principal, bajo la galería delantera, se dispuso una galería de servicio no abierta al público.

Para los muy expertos es interesante reseñar las palabras del propio Torroja que definía su propia obra de la siguiente manera en la revista de Obras Públicas de junio de 1941: “Algunos me han preguntado cómo nacieron las cubiertas laminares del Hipódromo de Madrid. Y bien, ellas no son, ni la obra de un genio, ni el resultado de una idea maravillosa o de una momentánea inspiración, son simplemente el resultado de un estudio de la evolución anterior de las formas del hormigón armado”. A lo que añadía: “para un ojo medianamente acostumbrado a este tipo de estructuras resultaba claro que esta forma de lámina era apta para resistir bien los esfuerzos y el fenómeno estructural que se le pedía (…) quizás lo más interesante de esta estructura era la imposibilidad de desarrollar un cálculo analítico perfecto de la misma, pero que ello no justificaba una negativa a su empleo, ya que las ventajas de ligereza, de adaptabilidad al fenómeno resistente y de efecto estético parecían evidentes.”


El HIPÓDROMO DE LA ZARZUELA fue declarado Bien de Interés Cultural (categoría Monumento) en octubre de 2009 (era Monumento Histórico Artístico desde e 1980), y ha sido rehabilitado recientemente –o está siéndolo: he leído que por falta de presupuesto no se ha terminado completamente los trabajos- por el estudio JUNQUERA ARQUITECTOS, que por esta obra recibió el Primer Premio COAM 2012 del COLEGIO DE ARQUITECTOS DE MADRID (ex aequo con otras dos obras, una de las cuales quizá repasemos en selecciónARTE).

2 comentarios:

Maribel dijo...

HIperboloides... cada vez que vengo me llevo deberes, lo que disfrutaría aquí un amigo mio experto en hormigón. Me encanta la explicación de Torroja.
Innovador, en esos (yo los llamaría) "voladizos" recuerdo alguna de las últimas bodegas en la Rioja, tal vez la de ¿Isios?
Un placer visitante XGaztelu como siempre
;-))

xGaztelu dijo...

MARIBEL, hablas de bodegas y precisamente una de las salidas que tengo pendientes es la de las bodegas de Rioja: cuando me invitaron hace un par de años -era un plan completísimo- no pude ir por cuestiones profesionales, y desde entonces estoy buscando hueco ...
 
xG